4 - Somos de Cristo



"Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.
Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas.
Quiero decir, que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo.
¿Acaso está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo?
Doy gracias a Dios de que a ninguno de vosotros he bautizado, sino a Crispo y a Gayo,
para que ninguno diga que fuisteis bautizados en mi nombre.
También bauticé a la familia de Estéfanas; de los demás, no sé si he bautizado a algún otro.
Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo.
Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios."
1 Corintios 10 - 18

Consideremos esta orientación para los días de hoy, versículo 10 unidad al hablar, en una versión de mi idioma portugués dice: que tengan la misma mente y propósito.
Como dice Amos 3:3 "¿Andarán dos Juntos, si no estuvieren de acuerdo?"
Somos solamente de Cristo no hay ninguna orientación de Jesús donde nos deja bajo la autoridad de otra persona, es importante entender esto, que una iglesia dividida no prevalece y no cumple con el propósito en la cual es llamada.
Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras.
Hebreos 10:24

Hermanos míos, antes de ahora no les pude hablar como a quienes ya tienen el Espíritu de Dios, porque ustedes se comportaban como la gente pecadora de este mundo. Por eso tuve que hablarles como si apenas comenzaran a creer en Cristo.
 En vez de enseñarles cosas difíciles, les enseñé cosas sencillas, porque ustedes parecen niños pequeños, que apenas pueden tomar leche y no alimentos fuertes. En aquel entonces no estaban preparados para entender cosas más difíciles. Y todavía no lo están,
 pues siguen viviendo como la gente pecadora de este mundo. Tienen celos los unos de los otros, y se pelean entre ustedes. Porque, cuando uno dice: «Yo soy seguidor de Pablo», y otro contesta: «Yo soy seguidor de Apolo», están actuando como la gente de este mundo. ¿No se dan cuenta de que así se comportan los pecadores?

 Después de todo, Apolo y yo sólo somos servidores de Dios para ayudarlos a creer en Jesucristo. Cada uno de nosotros hizo lo que el Señor nos mandó hacer:
 yo les anuncié a ustedes la buena noticia de Jesucristo, y Apolo les enseñó a seguir confiando en él, pero es Dios quien los ha hecho confiar más en Cristo.
 Así que lo importante no es quién anuncia la noticia ni quién la enseña; el único importante es Dios, que es quien aumenta nuestra confianza en Cristo.
 Tanta importancia tienen los que anuncian la noticia como los que la enseñan. Cada uno de ellos recibirá su premio, según el trabajo que haya hecho.
 Apolo y yo somos servidores de Dios, y ustedes son como un campo de trigo, como un edificio construido por Dios, del cual Dios es el dueño.
 Dios, por su bondad, me permitió actuar como si yo fuera el arquitecto de ese edificio. Y yo, como buen arquitecto, puse una base firme: les di la buena noticia de Jesucristo. Luego, otros construyeron sobre esa base. Pero cada uno debe tener cuidado de la manera en que construye,
 porque nadie puede poner una base distinta de la que ya está puesta, y esa base es Jesucristo.
1 Corintios 3: 1 - 11